Cáritas propone Comercio Justo para una Navidad más auténtica y comprometida

La Navidad significa paz y amor, alegría y generosidad. Pero también nervios, estrés y gasto. La obsesión por las compras navideñas, por los alimentos más caros que el resto del año, por hacer regalos que no hacen falta, cosméticos sofisticados que normalmente no compraríamos, desemboca en un aluvión de consumismo descontrolado que agobia a las familias que, además, tienen un gasto extra sin sentir esa felicidad que nos promete la publicidad.

A pesar de nuestras mejores intenciones, los regalos navideños no siempre son fruto del amor al prójimo. Desde hace décadas somos víctimas de estrategias comerciales que busca prolongar un ambiente que potencia el consumismo. Está demostrado que en Navidades se consume mucho más que durante el resto del año. Grandes almacenes, plataformas online, estudios de marketing diseñados para prolongar el periodo de ventas relacionadas con estas fiestas. La publicidad y las nuevas redes sociales se encargan del resto y terminamos comprando lo que quieren otros. Lo cierto es que en Navidad se dispara el uso irresponsable de los recursos y la generación de residuos, por no hablar del desperdicio alimentario frente al aumento de hambre en el mundo. Una paradoja que a veces ni nos planteamos.

Las organizaciones que defendemos el Consumo Responsable y el Comercio Justo recordamos que la Navidad no tiene porqué ser la fiesta del despilfarro y precisamente es cuando más deberíamos pensar en las consecuencias para el planeta y la economía de un consumo descontrolado. Y alertamos de que este consumismo sin sentido promueve un modelo insostenible ambiental y socialmente. Si este modelo de consumo de los países del norte se extendiera por todo el mundo, serían necesarios 3 planetas para atender la demanda. Resumiendo: Haz un regalo al planeta y a las generaciones venideras, optando por otras alternativas.

La propuesta de Cáritas

Desde Cáritas te proponemos dedicar unos minutos a reflexionar sobre ese verdadero sentido de la Navidad, recuperar los valores y el espíritu navideño que se basa en el amor, la paz y pensar en los demás, sin olvidar a los más necesitados. Tú puedes cambiar este año y pasarte a una Navidad más comprometida, solidaria y auténtica, optando por incluir en tus compras productos de comercio justo, producidos con los valores que todos y todas deseamos para nuestras familias, nuestras amistades, nuestros equipos de trabajo, nuestras empresas. Respeto a los derechos humanos, laborales y sociales: salarios dignos, condiciones laborales adecuadas y seguras, lucha contra la explotación infantil e igualdad de género. Y, además, de producción ecológica y respetuosa con el planeta.