Migrantes, misioneros de esperanza: El mensaje del Papa León XIV para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado 2025
Un llamado a la solidaridad global, la fe activa y la esperanza compartida en un mundo marcado por la migración y la misión cristiana.
Claves del mensaje del Papa León XIV para la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado
- Contexto global y llamado a la solidaridad
El Papa León XIV comienza su mensaje destacando el dramático contexto mundial: guerras, injusticias, crisis climática y desigualdades que obligan a millones de personas a migrar. Ante esta realidad, denuncia la tendencia a proteger únicamente los intereses locales, lo cual amenaza la cooperación global y el bien común. Hace un llamado a recuperar la solidaridad universal como camino hacia la paz y la dignidad humana. - La esperanza como motor de la migración
La migración no es solo una necesidad, sino también una expresión de esperanza. El Papa recuerda que la búsqueda de la felicidad es una aspiración divina inscrita en el corazón humano. Los migrantes son testigos vivos de esta esperanza, que se manifiesta en su fe, resistencia y capacidad de ver más allá del dolor presente. Cita textos bíblicos que vinculan la migración con la promesa divina de un futuro mejor. - Migrantes como misioneros de esperanza
Los migrantes y refugiados no son solo receptores de ayuda, sino también portadores de fe. El Papa subraya que pueden revitalizar comunidades cristianas debilitadas, iniciar diálogos interreligiosos y ser agentes de evangelización. Esta “missio migrantium” requiere preparación y apoyo pastoral, y debe ser reconocida como una bendición para la Iglesia. - La Iglesia como comunidad peregrina
La Iglesia debe recordar su naturaleza itinerante. Cuando se vuelve sedentaria, pierde su esencia espiritual. Los migrantes ayudan a mantener viva esta dimensión peregrina, recordando que la ciudadanía cristiana es celestial. El Papa cita a San Agustín y San Pablo para reforzar esta visión. - Comunidades acogedoras como testigos de esperanza
Las comunidades que acogen migrantes también pueden ser testigos de esperanza, reconociendo la dignidad de cada persona como hijo de Dios. Esta acogida permite a los migrantes expresar sus talentos y participar activamente en la vida comunitaria. - Invocación final
El Papa encomienda a todos los migrantes y refugiados a la Virgen María, consuelo de los migrantes, para que mantenga viva la esperanza en sus corazones. Invita a construir un mundo más parecido al Reino de Dios, donde la fraternidad y la fe guíen el camino.