Cuando no tienes de qué comer pero se pide no ir a trabajar
La crisis sanitaria del coronavirus ha agravado la situación de vulnerablitat de muchos trabajadores. #DiaDelTreballDecent
La anterior crisis financiera afectó gravemente a la población. Desde entonces no se han recuperado los recursos necesarios para sanidad y políticas sociales, realidades que han dejado desprotegidas las personas que se ven obligadas a trabajar en condiciones laborales precarias, e incluso con la economía sumergida.
El coronavirus (no) afecta a todos por igual
En una crisis sanitaria que nos obliga a todos a quedarnos en casa, sólo pueden seguir teniendo ingresos aquellos que pueden hacer teletrabajo, o que por sus condiciones laborales las empresas les garantizan el ingreso a fin de mes. La Covidien-19 no conoce las clases sociales, pero la pobreza o riqueza de cada uno sí que marca la diferencia.
Desde el programa laboral de Cáritas se trabaja con el fin de acompañar a las personas hacia una inserción en el mundo laboral. Realizando un itinerario formativo que les abra el abanico de posibilidades para poder acceder a nuevos sector profesionales, en algunos casos de categoría inferior a los estudios y en la experiencia profesional que la persona ya ha realizado anteriormente. También se hace de nexo entre los participantes y las empresas, que ponen puestos de trabajo a disposición de personas que se encuentran en situación de vulnerabilidad.
Con la crisis sanitaria que estamos viviendo, estas personas son las primeras que han visto reducidos sus ingresos a cero euros, en muchos casos de un día para otro. Cuando esto ocurre con la tranquilidad que puedes vivir un tiempo con los ahorros del trabajo, tienes una almohada, un respiro para mantenerte, para mantener la familia, mientras buscas un nuevo trabajo o la situación se encarrila. Pero cuando las condiciones laborales no han permitido generar este ahorro las personas se encuentran sin recursos.
Un mes y medio confinados
Cáritas tiene una bolsa de trabajo mayoritariamente de ofertas en servicio en el hogar, y fue precisamente este colectivo el primero que se quedó sin trabajo ya en las primeras semanas de confinamiento y muchas, con la preocupación de mantener a los hijos. Durante las primeras semanas se aumentaron las ofertas de trabajo para puestos de trabajo de poco a poco, en su mayoría en el ámbito residencial, sanitario y de limpiezas en hospitales y ambulatorios. Ofertas que han permitido insertar participantes que ya estaban haciendo su itinerario dentro del programa laboral, pero la mayoría han sido contratos temporales. Sin embargo, han sido ofrecidas para cubrir puestos de trabajo de profesionales que estaban de baja por diferentes motivos y cuando éstos han vuelto al trabajo, los contratos también se han ido acabando.
Destacar que Cáritas está encontrando con mucha gente que llama por primera vez a pedir trabajo. Gente que siempre había ido trabajando y con ello vivían el día a día, pero que ahora se han quedado sin nada de golpe. Son familias que piden también ayudas para alimentación y los gastos del hogar (alquiler y suministros) en su gran mayoría. Y es vela desde el servicio de acogida para darle solución.
La situación emocional de los participantes de Cáritas hacia la Covidien es diversa, como puede estar viviendo el resto de la sociedad, con el agravante de la incertidumbre por el futuro de su familia. Esto también se ha notado a la hora de dar respuestas positivas a las ofertas de trabajo, ya que los primeros días de confinamiento, a pesar de no tener trabajo, en algún caso se ha rechazado el trabajo por miedo a contagiar la familia. Con el paso de los días este miedo ha ido desapareciendo, o se ha visto superada por la necesidad de trabajar y tener ingresos.
El seguimiento de los participantes que hasta ahora participaban en el programa se hace de forma telemática y más intensiva para dar apoyo emocional y detectar si hay otras necesidades aparte de la falta de trabajo. Y también se ayuda telefónicamente a hacer algún currículo, se informa de los trámites necesarios para tramitar el paro, o lo que la situación de la persona requiere.
Los recursos de acceso a los itinerarios formativos también crean diferencia
Dentro del programa laboral de Cáritas se apuesta fuerte por la formación. Invertir en formación es invertir en futuro y por ello se ofrecen cursos de servicio en el hogar, auxiliar de almacén y de limpiezas industriales. Los cursos permiten dar una formación tan técnica como también de competencias transversales para poder garantizar una buena inserción laboral en el sector en el que se han formado.
Con esta situación de confinamiento los cursos presenciales que programados han tenido que anular, las referentes del programa laboral han velado para que los participantes pudieran acceder a los diferentes recursos disponibles y de esta manera mantenerse activos. Sin embargo, en muchas ocasiones el acceso a las nuevas tecnologías no es asequible ni viable para muchas personas, por lo que el acompañamiento laboral es importante para velar para que la persona pueda recuperar una vida autónoma.