Acción social30/08/2021

El comedor social de Sant Cugat, mucho más allá de tener un plato en la mesa

Recuperar la risa, sentirse acogido y escuchado ... recuperar la dignidad.

Después de este curso lleno de retos generados por el covid, el comedor social de Sant Cugat extrae un balance positivo de la situación que ha vivido.

El punto clave no ha sido la cantidad de personas atendidas, o la cantidad de alimentos, sino la calidad del acompañamiento que los trabajadores y voluntarios han podido llevar a cabo con los participantes. “Nuestro trabajo es volver a dar lo que han ido perdiendo: la compañía, que puedan expresar sus sentimientos… y encontrar a alguien de quien recibir este acompañamiento”, explica Josep Maria, trabajador del comedor social. Llorenç, participante del comedor también cuenta su experiencia: “Por mi edad y situación personal, ya no socializo tanto. Aquí me comunico, y me encuentro bien”.

Ya desde la apertura de este comedor, los trabajadores y voluntarios han tenido muy claro que su tarea iba mucho más allá de ofrecer un plato caliente. Forman parte del día a día de personas con situaciones personales y sociales muy vulnerables, que necesitan un lugar donde sentirse acompañados y escuchados. “Es un espacio muy acogedor, dejando de lado la comida que te ofrecen. Antes de la pandemia nos quedábamos un rato, charlábamos un poco, hacíamos una partida al dominó… y reíamos”, describe Llorenç. Pero la crisis que estamos sufriendo ha cambiado la forma de interactuar y reunirse, y también ha agravado más las desigualdades sociales: “Hablamos de personas que les falta red y están muy solos, el covid les ha aislado mucho más”, dicta Josep Maria.

La reapertura del comedor después del confinamiento total, trajo cambios. “Trabajamos con personas poco constantes, con vidas muy complicadas. Han venido personas nuevas, algunos sí han vuelto al comedor después del covid, otros se han desvinculado mucho de todo” explica Josep Maria. Por otra parte, con los voluntarios ha habido un relevo. A pesar de que “muchos eran ancianos y han dejado de venir porque son personas de riesgo, han empezado a venir personas nuevas y más jóvenes”.

Cuando se habla de necesidades básicas actualmente no sólo hay que tener en cuenta los alimentos, el hogar, y el trabajo decente, entre otros, cada vez son más importantes los recursos y las habilidades digitales. La digitalización se ha convertido en un elemento esencial en la vida de todos, no sólo para disfrutar del ocio y trabajar, sino también para poder realizar documentación, pedir citas al médico, o comprobar que todos los trámites burocráticos están al día. Por ello, Josep Maria explica que ahora el espacio no sólo contará con comedor, lavandería y duchas, sino que con el fin de combatir la brecha digital se añadirá un punto de internet para “ayudarles a hacer todos los trámites electrónicos que necesitan, y a realizarlos por sí mismos”.

El covid ha afectado más a las personas más vulnerables, haciéndonos reflexionar como sociedad y poniendo en valor la importancia de velar los unos de los otros, construyendo una sociedad basada en el cuidado de las personas y el propio planeta.

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